


Temprano en la mañana emprendimos una excursión a caballo entre un mar de pinos, observamos desde lo alto de una duna a 135 metros de altura toda la extensión del Coto de Doñana. Bajamos por un acantilado arenoso buscando el mar y allí estaba..... ¡Qué maravilla amigos!
Este caballo blanco que se portó tan bien se llama Niebla, quizás esto añadió aun más belleza al paseo.
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